¿Alguna vez os he dicho que no tengo abuela? En estos casos, nos podemos permitir alabar nuestros logros, en vista de que puede que no haya nadie más que lo haga. Así que a ello voy: estoy enamorada de cómo me ha quedado esta tarta
El protagonismo absoluto lo tiene esta Minnie, que me parece que ha quedado estupenda, con esas manitas formando un corazón sobre el pecho, que me han costado sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor, como decía Churchill (bueno, a lo mejor me estoy pasando...)
Es para el segundo cumpleaños de Valeria, a la que espero que le haya gustado tanto su tarta como a mi
Esta planta de abajo, es de bizcocho de chocolate relleno de nata. Para tartas que salen fuera de casa, suelo utilizar nata vegetal que tiene menos problemas de conservación y además tiene la resistencia necesaria para aguantar el peso de los bizcochos y las figura de azúcar como esta.
La planta de arriba, donde va sentada Minnie, no lleva ningún adorno, salvo el volante del borde inferior, pero creo que no le hace falta nada mas. Aquí se ven de cerca las patitas cruzadas y los taconcitos. ¡Que cursi y que mono es todo! El sabor de la tarta es bizcocho de limón relleno de crema de dulce de leche.
La planta de abajo, además de la placa y el lazo central lleva como un corpiño que va creciendo hacia atrás, con dos volantes, uno blanco y otro rosa pálido
La cinta de lunares de la base es cinta adhesiva (washi tape lo llaman ahora) de la tienda Ale-Hop. En Málaga hay dos, que yo sepa: en el muelle uno y en calle Cister. Y venden cajitas con tres cintas diferentes por 2€.
Aquí está la chavala, asomando la cabeza por la caja, que me ha salido muy alta la tarta y no encontraba donde empaquetarla para su transporte.
Muchas felicidades a Valeria, y muchas gracias a su mamá Eli y a su tita Mª José, por contar conmigo para esta tarta.