Hoy cumple mi María 19 años. Seguro que en condiciones normales no habría tiempo para esto: a estas alturas y como debe ser, el día de su cumple no para por casa.
Pero este 2020 es todo muy diferente por cuestiones obvias, así que vamos a intentar sacarle algo de partido y hacer que no sea otro día mas. Para eso, lo que no falla es soplar las velas de una tarta:
La cobertura es de crema de mantequilla con pasta de fresa concentrada. A mi la crema de mantequilla...regulín regulán. Pero a María le gusta todo, y es lo que mejor aguanta los adornos de fondant, para que no se derritan.
La rosa de pasta de azúcar, que hace las veces del cuerpo del flamenco y es lo más complicado, la tenía ya hecha de antes. Sólo le he dado un toque más intenso en el centro, con polvo rosado comestible (aunque no nos la vamos a comer) y unos reflejos dorados, que ayudan a que todo coordine mejor.
Y aquí el flamenco, que no se si está dormido o humillado. El caso es que no quería que el cuello quedase tan cerrado, pero hay humedad y no se ha secado a tiempo para quedar más erguido. Así que al final, el piquito de oro ha terminado tocando en la pechuga...
Y ya está. Espero que le guste, que cariño le he puesto hasta aburrir. Aunque nunca será suficiente para agradecerle que por ella, un día como hoy, empecé a ser madre. (La frase no es mía, ¡ojalá!)
FELICIDADES MARÍA, y cuando en breve celebres el cumpleaños con tu gente, hacemos otra.😘
¡Qué cosa tan bonita!
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